Esculturas en el Chaco

800 mil personas pasaron por la bienal del Chaco. La Bienal de Escultura de Chaco, un éxito con récord de asistencia. El concurso internacional a cielo abierto realizado en el predio del Parque 2 de Febrero de la ciudad de Resistencia convocó durante siete días a escultores provenientes de de Asia, Europa y América Latina.

POR MARINA SEPÚLVEDA

El domingo 17 el segundo da de las Bienal pasaron por el predio ms 120 mil personas bienaldelchaco

La XXII Bienal Internacional de Escultura de Chaco concluye este domingo una nueva edición con récord de visitas -que según estimaciones se aproximaría a los 800.000 asistentes- y se consolida como un hito decisivo que potencia las industrias culturales y turísticas de la región, al mismo tiempo que define un territorio común entre el proceso creativo de una obra y un público amplio y entusiasta que encuentra en esta instancia la posibilidad de sentirse convocado e interpelado por el arte.

Con la sospecha de que a su cierre se habrá alcanzado una concurrencia que marcaría un salto cuantitativo respecto a los 600.000 asistentes que cosechó la anterior edición, una vez más la Bienal superó las expectativas de sus organizadores, la Fundación Urunday, que continúa el legado de Fabriciano Gómez, promotor y «alma mater» del actual gran evento cultural, turístico y artístico que desde el pasado sábado atrajo un promedio de 80.000 personas diarias al predio del Parque 2 de Febrero de la ciudad de Resistencia y convocó a escultores provenientes de de Asia, Europa y América Latina.

Centrada en el concurso internacional de escultores a cielo abierto, los artistas que durante siete días trabajaron esculpiendo a la vista y en contacto con el público fueron el gran eje de este «ecosistema virtuoso» de la industria cultural centrado en la práctica artística que se irradió en las distintas actividades culturales propuestas en más de 9 hectáreas. Entre ellas estuvieron las tradicionales muestras y encuentros de artesanos, pueblos originarios y escultores invitados, el Premio Desafío de Hierro, la música sinfónica y de otros estilos, congresos de arte y patrimonio, talleres y otras propuestas que también involucraron al sector gastronómico.

Con un estimado histórico de unas 600.000 personas en 2018, y un salto de cuatro años por la pandemia, se calcula que esa cifra va a ser superada ampliamente en la edición que termina este domingo con la presentación de La Delio Valdez.

«Todavía no tenemos datos oficiales, pero rondaba en unas 80.000 personas día», dice José Sebastián Eidman, presidente de la Fundación Urunday. Una cifra que tiene sus picos como el del primer domingo con un estimado de 120.000 personas, según el cálculo realizado por la policía. Por lo cual, se piensa que van a superar las 800.000 visitas.

La ceremonia de premiacin del concurso escultrico

Sobre las expectativas ante una Bienal que plantea este doble desafío de la ausencia de Fabriciano Gómez -su gran impulsar, fallecido hace casi un año- y el regreso tras la pandemia, el organizador señala que «se superaron ampliamente», un diagnóstico que sorprendió pese al optimismo que reinaba en la previa del encuentro tras el parate que produjo la suspensión de la edición 2020 por la pandemia.

«Esperábamos que la vuelta a la presencialidad se manifestara a pleno en esta Bienal, pero no esperábamos la afluencia turística que hubo ni la cantidad de gente diaria, ni el movimiento comercial», asegura Eidman a Télam. Habrá que esperar el resultado de las encuestas que la Fundación Urunday realiza según la ISO 9000 sobre los grupos de interés, para tener datos más precisos.

Si hay algo que distingue a la Bienal de otras instancias competitivas es la posibilidad de el público pueda presenciar el proceso creativo de cada concursante, que se inicia cuando el gigantesco bloque de mármol travertino traído especialmente de San Juan empieza a recibir los primeros golpes y tanto los artistas como el público son alcanzados por una envolvente nube de polvo que le aporta una mística especial al paisaje. Esa condición excepcional que permite seguir en tiempo real la secuencia que convierte un material inerte en una pieza de arte con significaciones específicas, es acaso uno de las singularidades que explican la afluencia cada vez más numerosa de familias que llegan de localidades cercanas pero también distantes para disfrutar de la propuesta y emitir además su voto.

En esta ocasión, esta tarea de crear a cielo abierto estuvo en manos de artistas como el albanés Genti Tavanxhiu -que pasó de su «Re-cycladis» a una «Señorita»-, el argentino Juan Pablo Marturano con «Más allá de las nubes» o el rumano Petre VirgiliuMogosanu, que con su escultura «Tensions in the nature» («La naturaleza y sus tensiones» ganó el primer premio de la Bienal. Tal vez como nota de color, el elegido de los niños también fue este artista, un voto que «ha ido acercándose cada vez más al criterio del jurado, construyendo una sensibilidad», remarcaban desde la organización previo a los galardones.

Los otros participantes de la competencia internacional fueron Sodong Choe de Corea del Sur, que con su obra «Permanencia 2150» obtuvo el segundo premio y la alemana Verena Mayer-Tasch, que conquistó el el tercero con «Dress» («Vestido»), además de Ebru Akinci (Turquía), David Bucio (México), Arijel Strukelj (Eslovenia), Jhon Gogaberishvili (Georgia), Petre Virgiliu Mogosanu (Rumania) y el ucraniano Ihor Tkachivskyi. Todas estas nuevas creaciones se sumarán a las 674 esculturas que posee la ciudad, emplazadas a lo largo de 34 años en sus veredas, bulevares y parques.

Además de acercarse para seguir de cerca la evolución de las obras en competencia, el público también pudo contemplar otras producciones de artistas locales plasmadas en diversidad de materiales, como las de Alejandro Arce, que con «Jukumari», un grupo escultórico dedicado a un oso de la región andina en peligro de extinción y realizado en arena, se convirtió en el punto de atracción para los niños. O la de Juan Sorrentino, que presentó su proyecto «Derrumbe», una pared de ladrillo, fierros, revestimiento y pintura que se iba desplomando por la vibración sonora.

Una de las notas distintivas de esta edición fue que la accesibilidad se incorporó con fuerza a la Bienal, con la opción de «ver con las manos», una experiencia de audio descripción destinado a las personas ciegas, a partir de un proyecto que nuclea a 20 organizaciones y la provincia en la Red de accesibilidad cultural impulsado desde el Centro cultural alternativo (Cecual).

Los artistas en accin Foto Pablo Caprarulo

Es la primera vez que en el marco de este evento -considerado uno de los más importantes del mundo- se realiza esta experiencia de accesibilidad, algo que se prolonga en otras actividades y abarca distintas discapacidades, como parte de esa apuesta de un arte para todos.

Marturano, el único representante argentino que tuvo la competencia internacional, comentaba que se sintió sorprendido con la visita de un grupo de personas ciegas que pidieron tocar la escultura. «Me sorprendí, querían pasar a tocar las esculturas, y fue hermoso. Para mí esto ya valió la pena», decía el escultor, para quien lo táctil es fundamental.

Eidman indica que tanto «en la economía formal, como en la informal se ha generado un círculo virtuoso con una activación de la economía local muy importante. Y eso valida y materializa muy bien lo que Fabriciano Gómez decía, que nos costó un tiempo entenderlo. «Después pudimos convertirlo en esa misión y visión de ´hacer del arte un bien de todos´». Y amplía: «Nosotros pensábamos que hablaba de la democratización del arte y la belleza pero en realidad tenía un contenido mucho más profundo. Él decía que claramente el significado del arte es un medio de elevación espiritual, pero evidentemente también es un poderoso agente de transformación», algo que se evidencia con la gran movida cultural que concentra la atención en el gran predio de la capital chaqueña.

Fuente: Télam